WILLIAM FAULKNER
La paga de los soldados - 1926
6/10
[mr.kamping]
“-¡Toma, toma! - Exclamó el sacerdote-. Eso es malo, Joe-. Dejó caer maciza humanidad sobre el cordón de la acera y Gilligan fue a sentarse a su lado-. Las circunstancias se mueven en forma maravillosa, Joe.
-Creía que iba a nombrarme a Dios, reverendo.
-Dios es circunstancia, Joe. Dios está en la vida actual. Nada sabemos de la futura. A su debido tiempo, la otra vida se cuidará de sí misma. "El reino de Dios es el corazón del hombre", dice el libro.
-¿No es una doctrina extraña para un sacerdote?
-Acuérdate que soy, ante todo, un viejo, Joe. Demasiado viejo para tanteos y amarguras. En este mundo fabricamos nuestro propio cielo o nuestro propio infierno. ¿Quién puede saberlo? Quizá cuando muramos no haya necesidad de ir a ninguna parte ni de hacer algo. Eso sería un cielo.”
-Creía que iba a nombrarme a Dios, reverendo.
-Dios es circunstancia, Joe. Dios está en la vida actual. Nada sabemos de la futura. A su debido tiempo, la otra vida se cuidará de sí misma. "El reino de Dios es el corazón del hombre", dice el libro.
-¿No es una doctrina extraña para un sacerdote?
-Acuérdate que soy, ante todo, un viejo, Joe. Demasiado viejo para tanteos y amarguras. En este mundo fabricamos nuestro propio cielo o nuestro propio infierno. ¿Quién puede saberlo? Quizá cuando muramos no haya necesidad de ir a ninguna parte ni de hacer algo. Eso sería un cielo.”
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