JOHN FANTE
Un año pésimo - 1985
7/10
[mr.kamping]
“Se acercó un coche y salió a ponerle gasolina. Recogí el dinero y volví junto a la hormigonera. Estaba abollada y magullada como las manos de mi padre, era parte de su vida y poseía una extraña antigüedad, como si procediera de un país muy lejano, de Torricella Peligna. La rodeé con los brazos y le estampé un beso, y lloré por mi padre y por todos los padres, y también por los hijos, por estar vivos en aquellos tiempos, y por mí mismo, porque ahora tenía que irme a California, no tenía elección, y tenía que quedar bien.”
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