viernes, 20 de noviembre de 2009

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GUILLERMO CABRERA INFANTE
Tres tristes tigres - 1967


7/10
[pompas]


" No quería devorar los kilómetros como se dice (y es curioso que tantas cosas entren en Cuba por la boca y no solamente nos comamos el espacio, sino que comerse una mujer es acostarse con ella y comebolas y comemierda es sinónimo de idiota y comerse un cable es pasar hambre, necesidades y comecandela es un guapo de oficio y comer de la mano de alguien es dejarse domesticar por ese adversario y cuando alguien hace algo bien o alguna cosa extraordinaria, se dice que se la comió), sino que estaba recorriendo la palabra kilómetro y pensé que su intención era pareja a mi pretensión de recordarlo todo o a la tentación de Códac deseando que todas las mujeres tuvieran una sola vagina (aunque él no dijera exactamente vagina) o de Eribó erigiéndose en el sonido que camina o el difunto Bustrófedon que quiso ser el lenguaje. Éramos totalitarios: queríamos la sabiduría total, la felicidad, ser inmortales al unir el fin con el principio. Pero Cué se equivocaba (todos nos equivocamos, todos menos, quizás, Bustrófedon que ahora podía ser inmortal), porque si el tiempo es irreversible, el espacio es irrecorrible y además, infinito."

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