lunes, 11 de enero de 2010

+++++ 34 +++++



RAYMOND CARVER

Tres rosas amarillas - 1988


8/10

[mr.camping]


" Chejov se avino a ser trasladado a una clínica especializada en el tratamiento de la tuberculosis y afecciones respiratorias afines.
Leon Tolstoi fue una vez a visitarlo. El personal del hospital mostró un temor reverente al verse en presencia del más eximio escritor del país. (¿El hombre más famoso de Rusia?) Pese a estar prohibida toda visita ajena al “núcleo de los allegados”, ¿cómo no permitir que viera a Chejov? Las enfermeras y médicos internos, en extremo obsequiosos, hicieron pasar al barbudo anciano de aire fiero al cuarto de Chejov. Tolstoi, pese al bajo concepto que tenía del Chejov autor de teatro “(¿Adónde le llevan sus personajes) –le preguntó a Chejov en cierta ocasión-. Del diván al trastero, y del trastero al diván”), apreciaba sus narraciones cortas. Había dicho a Gorki: “Qué bello, qué espléndido ser humano. Humilde y apacible como una jovencita. Incluso anda como una jovencita. Es sencillamente maravilloso”. Y escribió en su diario (todo el mundo llevaba un diario o dietario en aquel tiempo): “Estoy contento de amar…a Chejov”.
Recordando aquella visita , Chejov escribiría más tarde: “Tolstoi piensa que todos los seres (tanto humanos como animales) seguiremos viviendo en un principio (razón, amor…) cuya esencia y fines son algo arcano para nosotros…De nada me sirve tal inmortalidad. No la entiendo, y Lev Nikolaievich se asombraba de que no pudiera entenderla.
A Chejov, no obstante, le produjo una honda impresión el solícito gesto de aquella visita. Pero, a diferencia de Tolstoi, Chejov no creía, jamás había creído, en una vida futura”. No creía en nada que no pudiera percibirse a partir de cuando menos uno de los cinco sentidos."

No hay comentarios: